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CUMPLEAÑOS DE ESPE Y RAQUEL

El día 9 de octubre de 2021 se celebró en Azuelo el quincuagésimo cumpleaños de Esperanza García Sánchez  y Raquel Cabo San Emeterio.
30 Diciembre, 2021

El día 9 de octubre de 2021 se celebró en Azuelo el quincuagésimo cumpleaños de Esperanza García Sánchez  y Raquel Cabo San Emeterio. Fue el primer evento en nuestro pueblo desde que se inició la pandemia del covid y se suspendieron todas las actividades, siendo la última que se celebró la Fiesta de La Matanza el 29 de febrero de 2020. Eso sí, este evento se celebró siguiendo las normas de seguridad a tener en cuenta que el covid, a pesar del tiempo transcurrido, aún sigue entre nosotros; fue por ello por lo que tuvo lugar al aire libre en el Corral de Ganuza.

Ya de víspera fueron llegando a Azuelo los de la cuadrilla de estas dos mozas, bueno, mozas entradas en años que son 50 los que cumplían. Cuadrilla que se completó en la mañana del día 9. Tiene la buena costumbre esta cuadrilla de juntarse para celebrar el 50 cumpleaños de sus componentes. Es el “paso del ecuador” de su vida, cuando se va a iniciar la cuenta atrás, no está mal que la hayan previsto en cien años porque de rebajar cuando quiera hay tiempo, pero hay que hacer todo lo posible para conseguir los objetivos ¡Animo Espe y Raquel!

Los años pasan y la cuadrilla se expande, aparecen nuevos miembros, son los cónyuges e hijos de muchos de ellos, que los años no pasan en balde y van dejando su huella.

El día 9 amaneció con un sol espléndido, presagiaba un buen día de campo. A primera hora de la mañana los coches de los que se encargaron de la organización iban subiendo al Corral de Ganuza para preparar el evento. Decoración del local, intendencia con las viandas para la comida, cámaras frigoríficas para mantener fresca la bebida, cajas con regalos. ¡Vamos! Que no faltase nada.

A las doce ya estaban todos en el Corral, saludos, gritos de alegría, abrazos y correteo de los niños por los aledaños en busca de insectos, flores o mariposas.

Iniciaron el aperitivo degustando “frutos del mar”, como los franceses llaman al marisco, con quisquillas y caracolillos, “karrakelas” le llaman los vascos, entre risas y conversaciones distendidas recordando anécdotas y chascarrillos que a lo largo de su infancia y juventud habían compartido en Azuelo. Juventud, que algunos añoraban, y es que la vida va pasando. ¡Qué bueno es hacernos viejos!

Mientras el aperitivo los cocineros, Fernando y Silvio, se encargaron de ir preparando la comida, una gran paella para primer plato y una barbacoa, muy completa, para el segundo.

Después del aperitivo y antes de la comida tuvo lugar, la parte amena y divertida, una sesión de photocall con las mejores galas para la ocasión dejando cada uno, solos o en grupo, las mejores poses para el recuerdo de este día que tardarán en olvidar, sobre todo las cumpleañeras. Tras la sesión de photocall pasaron al comedor del Corral y sentados todos alrededor de la larga mesa degustaron las viandas preparadas por los cocineros. Llegó la sobremesa con los regalos de cumpleaños y los obsequios que las cumpleañeras hicieron a todos. La comida fue larga, más fue la sobremesa que se prolongó mucho, mucho… hasta que el sol amenazaba con ocultarse por Aguilar. Fue entonces cuando se dio el toque para recoger el Corral y entre todos lo dejaron limpio y ordenado, como si allí no hubiese estado nadie durante todo el día.

Anochecía ya cuando llegaron al pueblo con gran jolgorio y alegría para poner el colofón a este hermoso día que la naturaleza les había brindado y ellos habían complementado con su buen hacer. Fue entonces cuando quisieron hacer partícipe de este evento a todo el pueblo sorprendiéndonos con una sesión de fuegos artificiales que en Azuelo no habíamos visto desde los que se lanzaron en las últimas Fiestas Pequeñas, de esto hace ya unos años, cuando las organizaban los jóvenes y los fuegos los patrocinaba la Asociación Santa Engracia.

Este evento fue una simpática fiesta que reunió a un gran puñado de jóvenes descendientes de Azuelo repartidos por la geografía nacional, Madrid, Pamplona, Santander, Vitoria, San Sebastián, Logroño… que no olvidan sus raíces y que contribuyen con ello a que Azuelo siga vivo y sus descendientes no olviden de donde proceden. Gracias a todos ellos por la vida que ese fin de semana le dieron al pueblo y gracias por lo curioso y bien recogido que dejaron el Corral de Ganuza tras usarlo.

Es nuestro deseo que esta pandemia que padecemos se termina de una vez y esta clase de eventos, cuadrillas, cumpleaños, quintos, bodas, bautizos, comuniones, reuniones familiares… proliferen más y contribuyan a dar vida a nuestro pueblo, de la que cada día está más escaso.