XV MARCHA “RUTA DE LOS LAVADEROS”
Colabora
Asociación C. R. Santa Engracia
El 22 de junio nuestra Asociación Santa Egracia junto con las asociaciones de pueblos vecinos, Katxupin de Espronceda, Nuestra Sra. de Collantes de Aguilar de Codés, Peñablanca de Torralba del Río y Grupo de Senderismo de Bargota organizaron la actividad Ruta de los Lavaderos en su décimo quinta edición para recorrer caminos de pueblo en pueblo en busca de sus lavaderos.
Además de senderistas de los pueblos vecinos este año, como viene siendo tradicional en las últimas ediciones de esta marcha, se contó con una nutrida asistencia de un pueblo cercano El Busto que no está incluido en esta ruta y un grupo numeroso de Pamplona.
Los objetivos de esta marcha de senderismo son múltiples y se pueden concretar en promocionar y dar a conocer el patrimonio menor de los pueblos por los que discurre la marcha como son lavaderos, fuentes, ermitas, aljibes... restaurados durante los últimos años en unos casos con la colaboración de los vecinos y en otros por la Agencia Teder. Disfrutar de los campos y paisajes para muchos de los participantes inéditos y desconocidos practicando el senderismo, y por último, lo que es más importante, convivir durante toda la jornada con personas de los distintos pueblos y todos los forasteros que a la jornada acuden.
Participaron en la marcha cincuenta y siete senderistas, unos partieron desde el punto del inicio de la marcha en Azuelo, otros se fueron agregando a lo largo del recorrido concurriendo todos en Azuelo para asistir a la comida de hermandad. Los más valientes decididos a hacer todo el recorrido, bien pertrechados para afrontar la marcha partían desde el Lavadero de la Fuente de Azuelo, haciendo una breve parada en el segundo lavadero de Azuelo, el de la Calzada del Monasterio Benedictino San Jorge y de allí tomaron la dirección a Bargota. Una agradable temperatura y una suave brisa fueron los componentes ideales para caminar. Las primeras rampas del camino hicieron que los senderistas agradeciesen el caño de la Fuente de Las Pilas al que se iban acercando uno tras otro para refrescarse y rellenar sus botellas y cantimploras. Fuente restaurada por la Asociación Santa Engracia de Azuelo el año 2002.
Este año los lavaderos de Azuelo el de la Fuente y el de La Calzada estaban llenos de agua, aunque sus caños de las fuentes no caían con alegría advirtiendo que este verano podrían llegar a secarse.
Prosiguieron los senderistas ascendiendo por el camino de Valdelobos y La Espina hasta llegar al alto de Garañango coronando la cota más alta del recorrido donde se asientan los “molinos” del parque eólico Las Llanas de Codés. Este punto del recorrido es privilegiado para admirar el paisaje; desde allí se divisa al norte el Valle de Aguilar con todos sus pueblos enmarcados con el fondo de la Sierra de Codés y al sur el Valle del Ebro con las ciudades de Logroño y Viana y todos los pueblos que las circundan. Para alivio de los participantes, desde este punto hasta Bargota es un suave y prolongado descenso que los senderistas agradecen y recuperaron fuerzas.
Mas donde recuperaron fuerzas, como todos los años, fue al llegar a Bargota, allí la intendencia de la marcha estaba esperando a los senderistas para ofrecerles al cobijo del frontón cubierto un almuerzo de cuchillo y tenedor, huevos fritos con panceta, vino y agua frescos. Tras el almuerzo los senderistas reanudaron el itinerario con rumbo a Espronceda pasando por el monumental lavadero de Bargota y la Fuente de las Espilas. El lavadero de Bargota este año estaba limpio y lleno de agua, muy diferente a como lo encontramos el año pasado.
Eran las doce cuando los senderistas llegaban a la Plaza de Espronceda donde tuvo lugar el avituallamiento a base de agua y naranjas frescas para reponer las fuerzas que habían desgastado en las fuertes rampas que hay desde Bargota al alto de la Sierra desde donde se divisa Espronceda
En Espronceda los senderistas pensaban encontrarse el lavadero como el año pasado, lleno de agua y decorado y ambientado como lo era en los años cincuenta del siglo pasado, pero no. El lavadero sólo tenía agua hasta la mitad sin decoración alguna, ni figurantes. Esperamos que el próximo año retomen la iniciativa y vuelvan a darle vida a su lavadero. Todos se lo agradeceremos.
Desde Espronceda emprendieron la marcha hacia Torralba del Río teniendo en el punto de mira el pico de Yoar, el más alto de la Sierra de Codés. A la llegada a Torralba del Río los senderistas se encontraron con la procesión de cofrades de San Juan y gaiteros que recorrían las calles del pueblo de casa en casa de los cofrades a los que iban a cantarles. Tras saludar a los conocidos, descansar junto al lavadero de la fuente, que estaba lleno de agua y tomar alguna naranja reiniciaron la marcha para terminar el recorrido en Azuelo. Pasaron por el segundo lavadero de Torralba, el Lavadero de la Lusa, que estaba limpio y lleno de agua.
Desde el Lavadero de la Lusa tomaron los senderistas el camino para Azuelo Antes de llegar a Azuelo pasaron por la ermita de San Simeón, que al día siguiente, domingo antes de San Juan recibiría a los romeros de Cabredo. San Simeón de Cabredo, patrón de los labradores navarros en la Edad Media y que el marketing de los reyes castellanos conchabados con la iglesia lo sustituyó por el santo ocupa San Isidro cuando Castilla fue el reino hegemónico de la Península Ibérica. ¿Sabías que San Isidro fue canonizado el año 1622? Y para entonces San Simeón llevaba ya cuatrocientos años de santo. San Isidro es un santo ocupa, porque vino a ocupar el puesto de San Simeón. No entendemos por qué los navarros honran a un santo labrador castellano y no honran a su santo labrador, San Simeón. Una demostración más del poder que tuvo la iglesia unida al gobierno de una nación.
Eran las dos de la tarde cuando con la llegada de los senderistas a Azuelo se daba por terminada la marcha circular que habían emprendido a las nueve de la mañana. Los senderistas tras cambiarse de ropa y asearse un poco se dirigieron al Granero donde iba a tener lugar la comida.
A las tres de la tarde los senderistas dieron buena cuenta del menú que socias de la Asociación Santa Engracia les habían cocinado, Cogollos de Tudela con anchoas en salazón y langostinos de entremés, pochas con chorizo y guindillas, filetes de ternera a la cazuela y melón para postre, regado con vino rioja crianza. Cerraron la comida con tarta, café y licores.
Tras la comida, una descansada y prolongada sobremesa puso fin a la jornada que une pueblos acortando distancias entre sus gentes relacionadas por medios de vida de antaño que tenían en común la vida social que se hacía entonces en los lavaderos y en los anexos pilones o abrevaderos para el ganado. Una jornada de convivencia que en todos los asistentes dejó un grato recuerdo y en la despedida, como ya es habitual todos los años, las frases que más se oyeron fueron ¡Hasta el año que viene! ¡Antes nos veremos en Bargota en “La Brujería”, el 14 de julio!