XIII MARCHA “RUTA DE LOS LAVADEROS”

08 Julio, 2022

Colabora

Asociación C. R. Santa Engracia

Tras dos años de parón de las actividades de la Asociación Sta Engracia de Azuelo se han retomada éstas iniciándolas con actividades de senderismo; el 7 de mayo fue una suave marcha por el monte de Azuelo para descubrir el poblado de San Martín y la ermita de Santa Engracia. El 11 de junio nuestra asociación junto con las asociaciones de pueblos vecinos, Katxupin de Espronceda, Nuestra Sra. de Collantes de Aguilar de Codés, Peñablanca de Torralba del Río, Grupo de Senderismos de Bargota  retomaron la actividad de recorrer caminos de pueblo en pueblo en busca de sus lavaderos. El año 2019 tuvo lugar la décimo segunda edición y este año ha sido la décimo tercera.

Además de senderistas de los pueblos vecinos este año, como viene siendo en las últimas ediciones de esta marcha, se contó con una nutrida asistencia de un pueblo cercano El Busto que no está incluido en esta ruta.

Los objetivos de esta marcha de senderismo son múltiples y se pueden concretar en promocionar y dar a conocer el patrimonio menor de los pueblos por los que discurre la marcha como son lavaderos, fuentes, ermitas, aljibes... restaurados durante los últimos años en unos casos con la colaboración de los vecinos y en otros por la Agencia Teder, disfrutar de los campos y paisajes para muchos de los participantes inéditos y desconocidos practicando el senderismo, y por último, lo que es más importante, convivir durante toda la jornada con personas de los distintos pueblos y todos los forasteros que a la jornada acuden.

A las nueve de la mañana cincuenta y cuatro senderistas pertrechados para afrontar la marcha partían desde el Lavadero de la Fuente de Azuelo, haciendo una breve parada en el segundo lavadero de Azuelo, el de la Calzada del Monasterio Benedictino San Jorge y de allí tomaron la dirección a Bargota. Una agradable temperatura y una suave brisa fueron los componentes ideales para caminar. Las primeras rampas del camino hicieron que los senderistas agradeciesen el caño de la Fuente de Las Pilas al que se iban acercando uno tras otro para refrescarse y rellenar sus botellas y cantimploras. Fuente restaurada por los de Azuelo el año 2002.

Prosiguieron los senderistas ascendiendo por el camino de Valdelobos y La Espina hasta llegar al alto de Garañango coronando la cota más alta del recorrido donde se asientan los “molinos” del parque eólico Las Llanas de Codés. Este punto del recorrido es privilegiado para admirar el paisaje; desde allí se divisa al norte el Valle de Aguilar con todos sus pueblos enmarcados con el fondo de la Sierra de Codés y al sur el Valle del Ebro con las ciudades de Logroño y Viana y todos los pueblos que las circundan. Para alivio de los participantes, desde este punto hasta Bargota es un suave y prolongado descenso que los senderistas agradecen y recuperaron fuerzas.

Mas donde recuperaron fuerzas, como todos los años, fue al llegar a Bargota, allí la intendencia de la marcha estaba esperando a los senderistas para ofrecerles al cobijo del frontón cubierto un almuerzo de cuchillo y tenedor, huevos fritos con panceta, vino y agua frescos. Tras el almuerzo los senderistas reanudaron el itinerario con rumbo a Espronceda pasando por el monumental lavadero de Bargota y la Fuente de las Espilas.

 Eran las doce cuando los senderistas llegaban a la Plaza de Espronceda donde tuvo lugar el avituallamiento a base de agua y naranjas frescas para reponer las fuerzas que habían desgastado en las fuertes rampas que hay desde Bargota al alto de la Sierra desde donde se divisa Espronceda

En Espronceda los senderistas se sorprendieron con el buen estado en el que se encontraba el lavadero, verjas y farolas pintadas, papeleras con bolsas de basura, lavadero y entorno muy limpios, y lo más importante, sorpresa, sorpresa, este año ¡estaba lleno de agua!. No sólo eso, sino que había hasta lavanderas. Por fin hemos podido ver el lavadero de Espronceda con agua y lavanderas como en sus mejores tiempos..

Desde Espronceda emprendieron la marcha hacia Torralba del Río teniendo en el punto de mira el pico de Yoar, el más alto de la Sierra de Codés. A la llegada a Torralba del Río los senderistas descansaron en el lavadero donde saludaron a las tencas que lo habitan desde hace varios años y que si no les falta el agua de Montejurra vivirán muchos años más, ya que su longevidad puede alcanzar los veinte años. Lo que si echaron en falta los senderistas fue los refrescos con los que les obsequiaba el Alcalde de Torralba, Jesús Cayetano, para paliar la sed; se les informó de que Jesús ya no estaba de alcalde y la alcaldesa que hay ahora podría desconocer esta buena costumbre. Tomaron los senderistas el camino para Azuelo haciendo parada en el lavadero de la Lusa, el segundo lavadero de Torralba que se encontraba con un bajo mantenimiento. Antes de llegar a Azuelo pasaron por la ermita de San Simeón, preparada para recibir a los romeros de Cabredo el último domingo anterior a San Juan. Y es que los “pelones” de Cabredo, al igual que ha ocurrido con otras actividades, ya llevan dos años sin bajar a ver a su santo paisano, San Simeón, patrón de los labradores navarros en la edad media y que el marketing de los reyes castellanos y la iglesia lo sustituyó por el santo ocupa, San Isidro.

Eran las dos de la tarde cuando con la llegada de los senderistas a Azuelo se daba por terminada la marcha circular que habían emprendido a las nueve de la mañana. Los senderistas tras cambiarse de ropa y asearse un poco en los lavaderos se dirigieron al Granero donde iba a tener lugar la comida.

A las tres de la tarde los senderistas dieron buena cuenta de dos grandes paellas mixtas de pollo, conejo y marisco precedidas de ensalada fría y continuada con melón, helado, café, tarta y licores. La comida fue preparada por varias socias de la Asociación Santa Engracia

Tras la comida, una descansada y prolongada sobremesa puso fin a la jornada que une pueblos acortando distancias entre sus gentes relacionadas por medios de vida de antaño que tenían en común la vida social que se hacía entonces en los lavaderos y en los anexos pilones o abrevaderos para el ganado. Una jornada de convivencia que en todos los asistentes dejó un grato recuerdo y en la despedida, como ya es habitual todos los años, las frases que más se oyeron fueron ¡Hasta el año que viene! ¡Antes nos veremos en Bargota en “La Brujería”, el 17 de julio!