TIEMPO DE MATANZA

25 Febrero, 2014

Frío y matanza del cerdo son dos elementos de sabroso maridaje, aunque este año el frío faltó a su cita en Azuelo el día de la Fiesta de La Matanza. Comerse unas alubias con berza condimentadas con carne de cerdo, como costilla, panceta y chorizo es un manjar que hoy en día no está al alcance de muchos. Unos porque le miran de una forma rara a las alubias en el plato ya que en su casa no se las ponen y dudan de si les gustan o no, otros porque tienen que cuidar su colesterol, y muchos otros más porque no disponen de la ocasión que se presenta cada año en Azuelo.

Un año más, ya van quince, los de Azuelo celebramos el último sábado de febrero, el día 22, la Fiesta de la Matanza. Esta actividad, organizada por la Asociación C.R. Santa Engracia que es capaz de reunir en un pueblo de cuarenta habitantes al cuádruple de su población en un día de invierno. Fueron muchos los azuelucos, amigos y simpatizantes de este pequeño pueblo los que llegaron hasta él a primera hora de la mañana para iniciar esta jornada de tradición y convivencia.

El Granero con su aforo lleno a rebosar no pudo acoger a todos los que días antes llamaban desde todos los rincones de Navarra y País Vasco para inscribirse en la actividad. La organización siente no haber podido satisfacer todas las demandas que ha tenido solicitando inscripción para la comida, ya que el aforo de El Granero es limitado, y anima a quienes no han podido asistir este año a la comida a que el próximo año reserven su plaza lo antes posible en cuanto se abra la convocatoria, ya que las plazas se adjudican por orden de inscripción.

Los azuelucos iniciaron el día a las diez y media de la mañana con un almuerzo a base de huevos fritos con panceta, picadillo y buen vino Rioja cuando Luis el de Allo,  panadero de Gamo, les trajo el pan tierno desde Estella.

Tras el almuerzo, unas socias de la Asociación Santa Engracia hicieron una demostración de cómo se elaboran las morcillas y los chorizos a la usanza tradicional del lugar al igual que lo hacían sus madres y abuelas. Tradición que se va perdiendo en los pueblos y cada vez son menos aquellos en los que se elaboran los sabrosos embutidos caseros. Mientras unas elaboraban chorizos y morcillas, otras se afanaban en cocinar unas grandes cazuelas de alubias con “sacramentos” para la comida.

A las tres de la tarde estaban todos los comensales sentados alrededor de las mesas del Pabellón Usos Múltiples El Granero, local que fue granero del Servicio Nacional del Trigo en un principio y después corral de ovejas, más tarde almacén y últimamente habilitado por la Asociación Santa Engracia como punto de reunión social para los eventos del pueblo. En animada conversación dio comienzo la comida con unos entremeses de ensalada, espárragos y jamón que dieron paso a unos boles de humeantes y sabrosas alubias acompañadas de berza y guindillas. La conversación fue decreciendo mientras llegaban a la mesa grandes fuentes cargadas con los “sacramentos”, costilla, chorizo, panceta y tocino regadas con vino de Elciego. El queso de Roncal puso el punto final a la comida antes de que llegara el postre que, como ya es tradicional, llegó directamente desde Valencia, unas grandes y jugosas naranjas. El café fue acompañado con tarta de manzana y para la sobremesa se sirvieron unas copas de pacharán.

Terminada la comida, el concierto ofrecido por el mariachi “Los Tenampas” animó la sobremesa. Rancheras y corridos mexicanos ensimismaban a los asistentes a la comida. Pasaba el tiempo, eran las cinco, las seis, y cuando dieron las siete los Tenampas daban por terminado su concierto con una jota que dejó atónito a todo el auditorio. Es que los Tenampas además de mariachis, también son joteros y cantan la jota muy bien, pero que muy bien.

Un año más, tradición y convivencia se han unido en Azuelo en una jornada inolvidable para los que han asistido a ella ¡Gracias a todos los asistentes! Asistentes que llegaron desde Bilbao, Pamplona, Logroño, Madrid, Vitoria, Bidart (Francia), Estella, Tudela, Tafalla y pueblos vecinos como Espronceda, Torralba y Desojo. Y una vez más, gracias a los organizadores de la actividad, a quienes se encargaron de montar y desmontar la infraestructura de comedor y cocina y a ese grupo de socias que tanto se esfuerzan en esta fecha para hacer el almuerzo y la comida y que nos deleitan con unos sabrosos manjares como son los chorizos y morcillas que ellas elaboran a la manera tradicional de Azuelo.

El evento fue cubierto por los medios de comunicación de Navarra, la televisión, canal Navarra TV y los periódicos, Diario de Navarra, Diario de Noticias y la revista Calle Mayor

Ahora queda que se curen los chorizos y las morcillas con el buen aire del invierno que corre por la Sierra de Codés. ¡Qué sabrosos son los chorizos de Azuelo! Si quieres probarlos, el próximo año no te pierdas LA FIESTA DE LA MATANZA, el último sábado de febrero.