EXCURSIÓN. “RUTA DE LOS TRES TEMPLOS”

04 Agosto, 2011

 El día 23 de julio tuvo lugar la excursión que la Asociación había programado para visitar los tres templos más emblemáticos de Guipúzcoa.

A las siete de la mañana partía desde Azuelo un autobús con cincuenta excursionistas dispuestos a recorrer el corazón de Guipúzcoa. Desde la salida el tiempo amenazaba lluvia y la temperatura no era la propia del mes de julio, un mes que según las estadísticas ha sido el mes de julio más fresco de los últimos veinte años. El tiempo fue respetuoso con ellos y no llovió A las nueve y media llegaba la expedición al Santuario de Aranzazu. Tras apearse del autobús los viajeros prepararon el restaurante de  campaña que los de Azuelo siempre llevan consigo y prepararon un suculento almuerzo a base de jamón, queso, aceitunas, tortilla de patata y buen vino. Tras el almuerzo visitaron el entorno y el interior del Santuario incluida la cripta. Uno de los frailes que allí habitan explicó el origen y edificación del Santuario. Del primer santuario construido en el siglo XV hoy no queda nada, ya que a lo largo de la historia este santuario ha sufrido tres incendios importantes, el último en 1.834 quedando totalmente calcinado. En 1.950 se comenzó a construir la actual basílica nueva. La obra la realizaron los arquitectos Sáenz de Oteiza y Laorga. Las tres torres se forman con las puntas de piedra que representan el espino. En la fachada de la iglesia la Piedad de Jorge Oteiza se yergue con la pregunta del sufrimiento. En la parte inferior, los catorce apóstoles, imagen de todos los hombre y mujeres. Para entrar en la iglesia hay que atravesar las puertas de hierro de Eduardo Chillida. En el interior, seiscientos metros cuadrados del paisaje en madera policromada comprende el magnífico retablo de Lucio Muñoz, que tiene en el centro la imagen de la virgen María del siglo XIII. Iluminan el interior las vidrieras de Xavier Älvarez de Eulate. En la cripta se encuentran las pinturas de Nestor Basterretxea que muestran la evolución de la historia del ser humano y Cristo Resucitado. Desde Aranzazu el autobús se dirigió hacia Legazpia para visitar la ferrería de Mirandaola donde los azuelucos viajaron al pasado en esta reconstrucción fiel de una ferrería del siglo XVI con un espectáculo en directo y exclusivamente para ellos viendo a los ferrones vestidos de época trabajar el hierro artesanalmente, produciendo hierro siguiendo métodos ancestrales, valiéndose para ello de un horno bajo y abierto que se carga alternando capas de carbón vegetal y mineral de hierro que habías sido previamente tostado y desmenuzado; con un par de fuelles situados tras el horno que inyectan aire se alcanzan temperaturas de 1.200 y 1.300ºC. El resultado es una masa de hierro roja y pastosa, que inmediatamente se lleva al yunque donde se forja con el mazo mientras un operario la sujeta con las tenazas. De esta manera se elimina la escoria y se consigue mejorar la calidad del hierro. La ferrería y el trabajo de los ferrones sorprendió al grupo de azuelucos que no perdieron detalle de las explicaciones que los ferrones y el guía daban mientras veían todo el proceso de la producción de hierro. También se interesaron por la fuerza motriz del agua para mover tanto los fuelles como el martillo pilón. Disfrutaron los viajeros paseando por el parque de Mirandaola y alguna pareja como Susana y Víctor se “probaron” el coche para la boda, un descapotable, que les caía muy bien. Continuó el periplo de los azuelucos hasta llegar al Santuario de Loyola. Allí visitaron el complejo monumental del Santuario de Loyola; lo componen una serie de edificios erigidos entorno a la Casa Torre de los Loyola, casa natal de San Ignacio de Loyola. En el centro sobresale con fuerza entre todos estos edificios de carácter religioso y espiritual la Basílica de Loyola, dominada por una cúpula y procedida por un amplio pórtico decorado en estilo churrigueresco, modalidad exuberante del barroco español. Tras visitar la Casa Torre y la Basílica los excursionistas pasearon por el entorno del Santuario donde Susana y Víctor volvieron a “probar” otro coche para la boda, esta vez una limusina, aunque a Basilio y a Puy, tampoco les caía mal. Era mediodía cuando la expedición recalaba en Zumárraga en el restaurante Balentiña para dar buena cuenta del menú que Javier había encargado. En la sobremesa de la comida Javier y Dari hicieron entrega a la Asociación de una figura con movimiento para instalar en el Belén Monumental del Monasterio.

Por la tarde accedieron al último de los tres templos que les quedaba por visitar: La Antigua, una gran ermita de Zumárraga; es tan grande que se le conoce por el sobrenombre de la Catedral de las Ermitas. Destaca esta ermita por la cantidad ingente de madera que se ha utilizado para la construcción de su artesonado y cubierta, del coro, de los grandes arcones, de las balaustradas y escaleras. Desde el enclave de esta ermita se divisan territorios de Euskadi y de Navarra. Desde allí los azuelucos  iniciaron el regreso a Azuelo dando por terminado su viaje por la Ruta de los Tres Templos de Guipúzcoa despidiéndose de Javier y Dari que les acompañaron desde Aranzazu y agradeciéndoles su gran colaboración con el Belén, que este invierno podrán visitar en uno de sus viajes a Azuelo.