VII MERCADO DE LA BRUJERIA

18 Julio, 2012

            Un año más, y ya van ocho, los bargotanos se transforman por unos días en personajes del siglo XVI para revivir los tiempos de su famoso paisano, Johanes. Todo el pueblo atraviesa el túnel del tiempo con el trabajo y esfuerzo de los bargotanos y bargotanas Sus calles, sus casas, hasta las mismas personas ofrecen un aspecto perfectamente integrado en la época que se quiere representar.

            Durante toda una semana, del 13 al 20 de julio, se va desgranado un programa rebosante de actividades en torno a la brujería. Los días más fuertes son el viernes y sábado por la tarde con la representación de la vida de El Brujo y sus andanzas que termina con la celebración de un impactante aquelarre, y el domingo por la mañana que es cuando se celebra el Mercado de la Brujería. El domingo varios miles de personas inundaron las calles de Bargota; el pueblo en sí es un espectáculo, puestos de artesanía, animación de calle, exposiciones de aperos agrícolas y de utensilios y artilugios antiguos… y lo que es más impactante para los visitantes, las más de veinte bajeras ambientadas con diferentes temas que son las que hacen volar la imaginación de cada uno al mundo de Johanes.               Este año, al igual que en años anteriores, nuestra Asociación fue invitada por la Comisión Organizadora a colaborar con el pueblo de Bargota en este evento y allí que fue con su actividad más emblemática “La Matanza del cocho”. Durante la semana anterior varios socios se dedicaron a ambientar una bajera hasta transformarla en una vivienda del s. XVI en donde iba a tener lugar la matanza del cerdo. Transportaron desde Azuelo todos los utensilios y enseres que se utilizan durante la matanza recreando una estampa rural que los mayores de cincuenta años conocen muy bien y los menores de esta edad, ávidos por aprender, preguntan para que servían cada uno de los cachivaches que allí se ven.   En la ambientación del local se iniciaba el recorrido por la entrada donde estaba la banca de madera con el gancho y cuchillo para sacrificar al cocho y el “barrañón” para recoger la sangre, los haces de encoviles para chamuscarlo y los trozos de teja para raspar y limpiar su pellejo. En la “porciga” había una gran cocha criadera con sus tetones y las herramientas para su limpieza, horquillo, escoba de biércol y un saco de paja limpia. En el corral se encontraba un grupo de gallinas ponedoras con un gallo. Pasando después a la amasadería con la artesa, la sobadera y los cedazos, De allí se iba a la cocina donde las grandes calderas de cobre llenas de agua humeaban esperando ser utilizadas; alacenas, mesas, cántaros, sartenes, pucheros, candiles, grandes y pequeños barrañones, máquinas choriceras y morcilleras… indicaban que la matanza iba a comenzar. Al salir por la entrada de nuevo se podía ver la escalera de palos de madera para colgar al cocho ya sacrificado y la gran romana para pesarlo, también había colgados allí algunos aperos para utilizarlos en la parva de la era.   Uno de los cocineros de la Asociación, José Mª Ochoa, hizo un picadillo que las socias, ataviadas con vestimentas de la época del Brujo, se encargaron de repartir hasta que acabaron las existencias, sirviendo más de quinientas raciones acompañadas con un vaso de vino de Bargota..

La Comisión organizadora de la Semana de la Brujería agradeció la colaboración de la Asociación reconociendo el esfuerzo y el trabajo que es montar y atender un stand para un solo día, con todo lo que ello conlleva, ya que ellos saben muy bien lo que les supone todo el montaje que hacen para esta semana. No hay duda de que actividades como ésta unen y relacionan a los pueblos, es por ello por lo que nosotros estamos dispuestos a seguir realizándola si los de Borgota lo consideran oportuno.