ROMERIA A SAN SIMEÓN 2018

11 Julio, 2018

El día 17 de junio, domingo anterior a San Juan, los de Cabredo vinieron en romería hasta la ermita de su santo, San Simeón monje benedictino, cuyos restos descansan en una arca en la iglesia del Monasterio de nuestro pueblo.

Santo labrador, patrón de los labradores de Navarra hasta que nos lo cambiaron por San Isidro que vino de Castilla. Qué poderío tenían entonces los reyes para imponer los patronos a la población. Parece ser que San Isidro el madrileño vino para quedarse desplazando a nuestro humilde San Simeón y así sigue la situación porque los agricultores navarros aún no han recuperado como patrono a San Simeón, nacido en Cabredo y fallecido en Azuelo.

Dice la tradición oral, que de padres a hijos se ha trasmitido durante muchas, muchas, muchas… generaciones que Simeón era un labrador piadoso en Cabredo; tan piadoso era que cuando iba al campo se ponía a rezar y se le pasaba el tiempo de tal forma que los bueyes labraban solos para sacar la tarea mientras él rezaba. Alguien dudará de esto porque se preguntará ¿Quién le daba la vuelta al brabán al llegar al final del surco? Los mismos bueyes, algún ángel… No, los bueyes giraban al finalizar el surco y como entonces no existía el brabán no había que darle vuelta. En tiempos de San Simeón se labraba con aladro.

Son muchos los prodigios que se cuentan del Santo y los mayores de Cabredo lo saben bien porque a ellos se los contaron sus padres. Ojalá no se rompa la cadena y los padres de hoy en Cabredo les cuenten a sus retoños la vida de su santo.

En la visita a su Santo en Azuelo, los de Cabredo le piden que bendiga los campos y que los riegue con la última agua antes de que llegue el verano para que engorde el grano del cereal y la cosecha sea abundante. Este año les ha hecho caso, una vez más, porque ha ido lloviendo “a mares” y parece que no va a llegar el verano tan pronto con lo que se está prolongando la primavera que más que primavera parece otoño.

Como todos los años para las once de la mañana ya estaban algunos “pelones” (topónimo de los cabredanos) en los Planillos de la iglesia. Poco a poco fueron llegando el resto hasta que lo hizo el transporte del pendón rojo de Cabredo para iniciar la procesión de la romería.

Iniciada la procesión hacia la ermita de San Simeón abría el paso el pendón rojo de Cabredo, tras él cuatro fornidos mozos de Cabredo portaban el arca del Santo, que dado su estado habrá que ir pensando en restaurarla. Una procesión con muchos más pelones que judíos (los de Azuelo). Justo se llenó la ermita, dado los habitantes de uno y otro pueblo, fueron los suficientes romeros para que la tradición se mantenga. Tras los saludos y cánticos al Santo se inició el regreso al Monasterio circundando la ermita, como manda la tradición. La procesión fue recibida en los Planillos del Monasterio por un grupo numeroso de pelones y judíos que ya estaban alrededor de las mesas llenas de viandas para el almuerzo. Pelones y judíos, judíos y pelones todos revueltos dieron buena cuenta del almuerzo.

Tras el almuerzo, todos a misa. Y después de misa, unos a tomar el vermut al bar de la Asociación y otros a preparar la comida al Granero, unas carrilleras que estaban de muerte, qué bien olían. Gracias tienen que dar los de Cabredo a esa generación de jóvenes que están recogiendo de sus mayores la tradición de la romería y que le aportan alegría y frescura, unos preparando las ensaladas, otros haciendo de cocineros, otros preparando las mesas….

Puntuales a las seis de la tarde, en la puerta de la casa del Americano, pocos pelones y muy pocos judíos, la romería terminó como empezó, se juntaron para hacer la despedida. Quien no faltó fue el Hermano Jesús y tras el responso por los difuntos que este año han fallecido no pudiendo asistir a la romería y los cantos de despedida al Santo, la famosa frase: ¡Adiós, hasta otro año, adiós! Que dicha con la sonrisa de Arantxa la alcaldesa de Cabredo no tenemos duda de que el próximo año los de Cabredo volverán. Tampoco faltó, como ya es tradicional, la jota de Gaspar. ¡Adiós, cabredanos! ¡Y que el próximo año nos juntemos todos los de este año y otros muchos más que nos acompañen, tanto de Cabredo como de Azuelo!