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MADROÑO

Presentamos hoy un arbusto, que aunque escaso también lo podemos encontrar en nuestro monte; si aún no lo conoces guíate por las fotografías que…
05 Diciembre, 2011

Presentamos hoy un arbusto, que aunque escaso también lo podemos encontrar en nuestro monte; si aún no lo conoces guíate por las fotografías que verás abajo y localizarás su ubicación. El madroño o “berrubiete”, así es como lo llamamos en Azuelo por el color rojo de sus frutos. En esta época del año llama nuestra atención cuando paseamos por el monte; sus rojos frutos nos hacen que lo localicemos pronto entre las encinas. Los frutos del berrubiete los hemos degustado desde niños y su dulzor nos animaba a comer más y más; desconocíamos entonces que tenían alcohol y es ahora cuando nos explicamos por qué se nos iba un poco la cabeza cuando nos comíamos unos puñados de berrubietes

El madroño, o arbutus unedo, de la familia de las ericáceas, es un arbolillo o arbusto perenne. Su altura puede sobrepasar los cuatro metros; crece en el litoral mediterránero y en el interior de la Península, excepto en aquellas zonas con un clima más frío.

Presenta un tronco con la corteza escamada. Sus hojas alternas y con un aspecto parecido al laurel tienen los bordes con forma de sierra y ligeramente rojizos.

Las flores crecen en otoño en ramilletes, son pequeñas, acampanadas y su color oscila entre el blanco y el rosado. Los frutos, de maduración muy lenta –tardan un año- hacen su aparición también en esta época, y no es extraño contemplarlos al mismo tiempo que las flores. Esféricos y rugosos, adquieren un tono rojizo a medida que se van desarrollando. Asimismo, comienzan a fermentar en el árbol, por lo que contienen una proporción de alcohol. Comestibles, se utilizan para preparar aguardientes y jaleas.

 Los frutos del madroño contienen azúcares, ácidos orgánicos, pecina y tanino. Son astringentes y no conviene abusar de ellos. Las hojas y la corteza son muy astringentes y además son antisépticas y antiinflamatorias y ejercen su acción sobre el aparato urinario.Se usa para combatir las infecciones urinarias, la cistitis, los cálculos y cólicos renales, las diarreas y disenterías.

La decocción con las hojas se realiza con la corteza y las hojas secas a razón de 30 gramos por litro de agua. Se ingieren 2 o 3 tazas de agua en caso de afecciones urinarias y 4 o 5 en caso de diarrea.