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EL IES QUINTILIANO VISITA LA CASA ENCANTADA

  El 28 de septiembre los alumnos de 1º de ESO del IES Marco Fabio Quintiliano de Calahorra –La Rioja- acompañados por sus profesores realizaron una…
14 Octubre, 2012

 

El 28 de septiembre los alumnos de 1º de ESO del IES Marco Fabio Quintiliano de Calahorra –La Rioja- acompañados por sus profesores realizaron una jornada de convivencia en Azuelo y su entorno.   Este instituto programa todos los años una jornada de convivencia entre todos los alumnos que se incorporan a él a principios del curso para iniciar la ESO y que proceden de los distintos centros de Primaria de Calahorra.   Nuestro pueblo y su entorno han sido elegidos por octavo año consecutivo para realizar esta actividad. Iniciaron el recorrido en el Santuario de Codés, donde los dejó el autobús. Allí los recibió Pedro, el Secretario de la Asociación, que hizo de guía y anfitrión durante todo el día. Tras visitar el Santuario de Codés y su entorno se adentraron en el encinar con dirección a Las Dos Hermanas y desde allí hasta la Choza de los Pastores, donde almorzaron y repusieron fuerzas para proseguir el itinerario hasta llegar a Azuelo.   En Azuelo visitaron la “Casa Encantada” donde todo lo que vieron era nuevo para ellos, ya que se encontraron una casa anclada en los años cincuenta del siglo pasado. Los alumnos, además de escuchar toda la información que les daba Pedro, realizaron un sin fin de preguntas relacionadas con los objetos que contiene la casa.   Desde la Casa Encantada se trasladaron hasta el Monasterio de San Jorge donde tras escuchar la historia y fábrica del Monasterio se quedaron intrigados de cómo en este monasterio se sanaba la enfermedad de la rabia a los perros y también a las personas.   A la hora de comer se desperdigaron por todo el pueblo no dejando un solo rincón sin explorar hasta que llegó el autobús para recogerlos y regresar a Calahorra. 

Un año más agradecemos al IES Quintiliano de Calahorra que elija nuestro pueblo como destino para realizar esta actividad, ya que las risas, carreras y gritos de los niños por las calles de nuestro pueblo en un día de entre semana lo podemos considerar como la mejor lotería que le puede tocar porque las pocas personas y de avanzada edad que en él habitan rompen su rutina diaria asomándose a las ventanas al verlos pasar o hablando con ellos en las puertas de sus casas respondiéndoles a las preguntas que ellos hacen. El año que viene estaremos encantados de volver a recibirlos de nuevo.