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CALENDARIO 2016

La Asociación C.R. Santa Engracia de Azuelo ha editado su calendario para el año 2016. Como ya es tradicional desde el inicio de la edición de este…
11 Enero, 2016

La Asociación C.R. Santa Engracia de Azuelo ha editado su calendario para el año 2016. Como ya es tradicional desde el inicio de la edición de este calendario en el año 2007, cada año el calendario publicita nuestro pueblo. Este año el tema elegido ha sido “LA ERA”.

El calendario, que es de mesa, se repartirá gratuitamente a los socios juntamente con dos calendarios de bolsillo, el resto se pondrá a la venta a precio de coste, tres euros, hasta final de existencias.

Las eras son una zona a las afueras del pueblo donde se trillaba la cosecha. En Azuelo había dos zonas de eras, las Eras de Arriba y las Eras de Abajo. Zonas separadas de las casas para no obstaculizar las corrientes de aire, cierzo o bochorno imprescindibles para aventar la parva.

Tras la siega, que se iniciaba para San Juan en junio con la cebada cervecera y se terminaba días después de la festividad de Santiago segándose la avena al final, se empezaba a acarrear la mies a la era con los pesados carros tirados por bueyes. En la era se esparcían los haces y el trote de los caballos para ir aplastando la mies al iniciar el día anunciaba a la familia que ese día tenían un día de trabajo-fiesta. Los más pequeños se montaban sobre el trillo tirado por caballos que girando sobre la parva lo convertían en un tiovivo. Poco a poco el grano se iba separando de la paja y ésta cada vez se hacía más menuda cortada por las cuchillas del trillo. Caballos y arriero se iban turnando para que el trillo no parase, ni tan siquiera a la hora de comer. A primeras horas de la tarde, cuando la parva estaba bien molida se paraba el trillo y el caballo se enganchaba a la allegadera para amontonar la parva en un montón con forma de huso y era entonces cuando hombres y mujeres en fila se ponían a aventar la parva, que en Azuelo decíamos “ablentar”, echando al aire con horquillos y palas de madera trigo y paja revueltos que al caer el aire se llevaba la paja y dejaba el grano. Los mocetes cubiertos con un saco y empujando el rastro iban llevando la paja a un montón. Poco a poco y paletada tras paletada al aire el montón de grano se iba haciendo más visible.

No faltaban los cantares y las jotas en las jornadas de trilla; eran los días más alegres de la recolección de la cosecha, ya que al final de la jornada el grano dormiría en el granero de casa. Las eras eran un hervidero de gente; mientras se molía la parva se formaban corros de conversación en zonas de sombra y cuando llegaba la hora de ablentar, todos alegremente se disponían a recoger los aperos de madera para realizar esta labor. Había días de calma y el aire no soplaba, entonces se esperaba a la brisa de la noche, ya que había que recoger la parva en el día porque a la mañana siguiente, una nueva parva ocuparía la era.

Vinieron las trilladoras y estos hábitos se cambiaron por otros de los que en su día hablaremos cuando el calendario tenga por tema “LA TRILLA”. Más tarde llegaron las cosechadoras y volvieron a cambiar las labores de la recolección con el abandono de las eras que ya habían perdido su cometido.

Hoy las Eras de Arriba y las Eras de Abajo se han quedado vacías aunque algunas se han convertido en jardines y donde antes se trillaba ahora florecen hermosas flores, otras se han convertido en huertos caseros y en algunas en los meses de invierno se amontonan los troncos de encina antes de transformarse en astillas para calentar las casas.

Cuando se trillaba a trillo en la era toda la familia colaboraba en las labores de la trilla; entonces se trabajaba mucho, ¡Muchísimo!. Pero la gente era feliz. ¡Muy feliz!